Hola, ¿cómo están?🌻
Esta semana hablaremos sobre un tema muy interesante como lo es la salud, el estrés y el afrontamiento. Son términos que sin antes de leer el capitulo ya conocemos, todos en la vida nos hemos estresado y batallado sobre afrontar o no ciertas circunstancias y cómo no, las emociones también suelen perjudicarnos en nuestra salud.
''El objetivo de la psicología de la salud es utilizar principios cognitivos y conductuales para prevenir enfermadles y promover el bienestar.'' (Coon, 2019). Sin embargo, cuando nos enfermamos suele activarse un riesgo de factor conductual importante, el estrés. ''A pesar de que puede ser un factor de riesgo conductual si es prolongado o severo, no siempre es malo.'' (Coon, 2019). Ahora se preguntarán, ¿por qué el estrés no es malo? El estrés tiene una razón de ser, activar el mecanismo de defensa, preocuparnos por nuestra supervivencia, incrementar nuestro rendimiento físico y agudizar los sentidos. Con esto, podemos definir estrés como ''la presión o demanda que se pone en un organismo para que se ajuste o se adapte'' (Coon, 2019). Por ejemplo, una situación desagradable nos puede generar estrés, pero si fuera el caso donde estamos entregando un trabajo a última hora, el estrés es ese motor que nos ayuda a concentrarnos bajo presión para poder finalizar el trabajo y poder entregarlo. Este estrés bueno se conoce como ''euestrés''. El estrés suele ser positivo si nos ayuda a avanzar en nuestro día a día y a tomar decisiones, se vuelve malo cuando se vuelve un inconveniente en nuestra vida.
En la lectura nos hablaban que eventos estresantes a largo plazo pueden conocerse como síndrome de adaptación general, que es una etapa de 3 etapas como respuesta al estrés.
1) Reacción de alarma: el cuerpo moviliza sus recursos para enfrentar la situación estresante. Aquí las gláfundulas suprarrenales producen más adrenalina, noradrenalina (aumentando la presión de la sangre) y cortisol.
2) Etapa de resistencia: aquí es cuando ya el cuerpo se estabiliza después de la reacción de alarma.
3) Etapa de agotamiento: los recursos del cuerpo se agotan y las hormonas del estrés disminuyen.
Lo cual ocasiona:
Signos emocionales: ansiedad, apatia, irritabilidad, fatiga mental.
Signos conductuales: evitación de responsabilidades, relaciones, comportamiento extremo o autodestructivo, descuido de uno mismo, falta de criterio.
Signos físicos: preocupación excesiva, cansancio, quejas físicas, dolencias, uso excesivo de medicinas.
Siento que después de leer este capítulo y conocer la importancia de nuestra salud y conocer a profundidad sobre el estrés, me parece de mucha utilidad el afrontamiento, como algo que se deba de trabajar y tomar en cuenta para poder afrontar situaciones de mucha presión en nuestra vida. Y es que el afrontamiento esta afrontado en el problema, su objetivo es manejar el problema, es el conocido pensar en el siguiente paso, un plan b. Por otro lado, tenemos el afrontamiento centrado en la emoción, que es donde se trata de controlar las emociones que nos esta generaron tal situación.
Por ejemplo, en una sesión con mi psicólogo me enseño técnicas para manejar situaciones de mucha presión, respirar y retener el aire por unos segundos, contar cuentas veces se repite tal letra en un texto. Así que en mi caso, cuando me encuentro en una mala situación, me permito sentir lo que sea que estoy sintiendo, y pienso en buscar una solución, es luchar contra el sentimiento y darle una respuesta lógica a pensamientos intrusivos.
Así que cuéntenme, ¿se han enfrentado a situaciones donde el sentir estrés los ha ayudado? ¿Creen que exista este estrés bueno que nos pueda ayudar en nuestra vida? ¿Se podrá vivir una vida sin estrés?
Nos vemos la próxima semana, gracias por llegar hasta acá ❤🌻.
Bibliografía:
Coon, D. (2019). Introducción a la psicología. Cengage Learning; 14a edición.
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